martes, 21 de julio de 2009

Capitulo 14

Capitulo 14 – Frodo
Jack: lo siento tengo que atender –me avisó con una mirada de disculpas.
Mery: si no te preocupes, atiende tranquilo – le sonreí. Cogió sus celular y se lo llevó al oído.
Jack: Hola – pausa, quien fuese que llamaba hablaba demasiado, me estaba sacando minutos a su lado – estoy acá en algún lugar de Londres Robert –dijo con tono serio. Así que hablaba con el tal Robert – si estoy con ella – acaso Robert siempre preguntaba si estaba conmigo o qué? Le molestaba? Al parecer sí? No creo, aparentaba ser buena persona – no se si vuelvo para cenar –avisó, hubo una pausa – espera que pregunto –le dijo, pero luego se volteó a mirarme a mí – pregunta Robert si deseas cenar junto a nosotros en su casa, y? Que dices? –me apresuró. Yo estaba loca o me estaba invitando a cenar? No, sin duda había escuchado perfectamente. Se supone que tenía que aceptar verdad? Iría a cualquier lugar en tanto tuviese la compañía de Jackson.
Mery: si, sería un placer –le dije con una enorme sonrisa. Este hombre me podía, nunca había conocido nada igual.
Jack: dice que si –le avisó a Robert, hubo un silencio en que el interlocutor siguió hablando – no se donde estoy Rob, estamos al lado del río –dijo divertido. Acaso nos habíamos perdido? Me parece que sí, él no era oriundo de aquí y yo mucho menos. A pesar de estar hace seis meses en Londres, tenía que reconocer que no conocía demasiado. Me dedicaba a ir de la facultad al trabajo, y del trabajo a casa – esta bien, si okei nos vemos –se despidió para luego cortar. Se volvió hacía mí –al parecer estamos perdidos –dijo divertido.
Mery: perdidos en Londres –le contesté con una voz misteriosa, ambos comenzamos a reír – y si mejor nos tomamos un taxi? –le pregunté una vez ya lo suficientemente serios.
Jack: me parece genial –me dijo sonriendo, creía que su sonrisa encandilaría la luz lunar. Ambos nos encaminamos a la calle para coger un taxi, Jackson paró uno y ambos nos subimos a la parte trasera del mismo; le indicó la dirección y emprendimos viaje. Él se giró para mirarme a los ojos, estuvimos un buen rato así, solo mirándonos. Era increíble la conexión que teníamos, pero de pronto él bajó la mirada. Había visto algo en mis ojos que no le gustó? Si sólo se podía ver ternura, sinceridad, en realidad todo lo que me pasaba. “tus ojos hablan” solía decirme una y otra vez mi padre.
Jack: tienes muchos anillos –soltó de pronto. Habían pasado ya unos cuantos minutos que no escuchaba su voz y me sonó totalmente dulce y delicada, pero a la vez varonil y sexy. Sólo él podía combinar todo eso en una sola, y encima el resultado era espléndido – todos tienen historias? –preguntó. Quería saber como había obtenido mis anillos? Eso si era raro, de hecho yo me llamaba Agustina no Frodo.
Mery: acaso no todo tiene historia? –pregunté, él sonrió satisfecho con mi respuesta – este anillo –le dije señalando el anillo de oro que descansaba sobre mi dedo mayor de la mano izquierda –me lo regaló mi abuela cuando cumplí quince años – él me miró sorprendido –ah claro, aquí y en USA se celebran los 16 pero allá son los 15, en fin..este de aquí – dije señalando el anillo que le seguía también de oro, que estaba firme en mi dedo anular de la misma mano – y este otro –señalando el anillo de plata y piedras celestes y blancas que tenía en el anular pero de la otra mano – me los compré con la plata que recaudé de mis cumpleaños de 15, y este último –dije señalando el anillo de oro que reposaba en mi dedo mayor pero de la mano derecha –me lo regaló mi padrino para mis 16. Él me miraba totalmente concentrado en lo que le contaba, como si fuese algo de vida o muerte, lo hacía con verdadera atención.
Jack: todo tiene una historia –repitió con una enorme sonrisa, al parecer satisfecho con mi relato –y las pulseras? –preguntó con curiosidad.
Mery: pues esta de aquí –le dije señalando la pulsera de oro y plata que tenía en la muñeca izquierda – me la regaló un amigo de la familia, luego yo me compré esta con el dinero que me dio mi abuela para los 16, si te fijas hace juego con la otra ves? –le señalé ambas para que pueda establecer la semejanza - y estas de aquí –proseguí señalando dos pulseras de plástico blancas que reposaban en la otra muñeca –me las regaló un amigo uruguayo. Si no me equivocaba se puso tenso al mencionar un amigo, estaría celoso? Mas bien porqué habría de estarlo si era sólo un amigo? Aunque deseaba con todas mis fuerzas que sea algo más.
El viaje se hacía demasiado largo, o habíamos estado caminando por horas y nos habíamos alejado demasiado o Robert vivía muy lejos. Miré la hora, definitivamente habíamos caminado un buen rato, eran ya las once de la noche, menos mal que al día siguiente no tenía facultad. O al menos no a la mañana.
Mery: veo que tu también tienes anillos –observé, de hecho eran muy lindos. Tenía dos, uno en el dedo meñique de su mano derecha y uno en su pulgar izquierdo. Ambos eran de plata, o al menos de eso parecían, y le daban un aspecto sexy.
Jack: este –dijo señalando el del dedo pulgar me lo regalaron mis padres cuando me hice mayor de edad, si te fijas tiene mis iniciales – se sacó el anillo y me lo puso en la palma de mi mano. Nuevamente el contacto con su suave piel generaba en mí escalofríos. Cogí el anillo delicadamente y lo observé. En la superficie de plata se podía observar unas iniciales grabadas, JR (dedicado para algún conocedor, no es Juan Ramón Carrasco ehh jaja). Ahora que pensaba no me había dicho su apellido, aunque en verdad no importaba. Además yo tampoco le había dicho el mío, lo importante es él no su apellido, simplemente me daba curiosidad. Otro misterio que me mantendría desvelada por las noches. Le devolví el anillo y se lo volvió a colocar – y este otro me lo regaló mi abuela en el mismo acontecimiento –sonrió mientras inconscientemente se lo tocaba.
El señor taxista nos miraba sorprendido, seguramente creería que éramos dos tontos hablando de anillos, si seguramente eso parecíamos. El silencio se volvió a apoderar del taxi, pero seguíamos intercambiando miradas. No podíamos parar, yo me alimentaba de las esmeraldas de sus ojos y viceversa. Luego de unos 10 o 15 minutos más, tal vez, es que con él el tiempo se me escurría, se me iba como arena entre las manos, el taxi se detuvo. Se detuvo en un edificio de aspecto viejo y anticuado pero a la vez hermoso por sus terminaciones arquitectónicas, en verdad no sabía mucho de arquitectura, pero sin duda esto era una obra de arte. Y eso era lo que amaba de Londres, su historia, su belleza. Mientras Jackson pagaba el taxi (luego de insistir demasiado), ambos bajamos. Lo seguí hasta la puerta, o al menos con la mirada porque a mitad de camino me detuve a contemplar aquella hermosura, y me refiero al edificio, a Jack lo miraba siempre que podía claro está.
Jack: vienes Frodo? –me preguntó ya desde adentro con una espléndida sonrisa. Frodo, así como el hobbit del Señor de los Anillos, así como yo me había llamado hace un par de minutos atrás. Hasta pensábamos de manera similar, era increíble! No se porqué pero aquello me dio mucha gracia y comencé a reír como no lo hacía desde ya..había perdido la cuenta desde la última vez que me había reído con ganas. Me sentía feliz, me tuve que sentar a los pies de la escalera, a los pocos minutos Jackson se reía de mi risa. Ya no podíamos parar, ambos llorábamos de la risa, sin motivo alguno. Sólo éramos dos personas totalmente felices riéndonos como dos tontos enamorados. Acaso eso era lo que éramos él y yo?

1 comentario:

  1. jajajaja..wena wena esta historia...todas quisieramos estar en el puesto de mery.....

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REACCIONES A MI LOCA IMAGINACION..