jueves, 24 de diciembre de 2009

Capitulo 30



Ay mis niñas! Las tuve tan abandonadas! Mi mas sinceras disculpas, fueron tres meses sin subir. Sé que algunas soñaban con matarme, pero de verdad lo siento. Demasiado estudio colpasó con mi tiempo, además ustedes sabe qe me cuesta escribir esta novela, mucho más qe la del flog. Para serles más gráfica para escribir este capitulo estuve más o menos dos semanas! Se imaginan no? Pero de verdad me cuesta, aunque se qe no es justificativo. Algunas de ustedes esperaban ansiosas para saber como sigue la historia, hasta algunas me increparon x msn a ver cuando subia. De verdad gracias a las qe lo hicieron, porque por más qe en su momento me molestara, me hacían dar cuenta qe etaba en deuda con utedes. De verdad sepan disculpar.
Como vienen las fiestas, no podía dejar qe pasara este año sin darles mi regalo navideño, el bendito capitulo 30!! Se qe lo van a disfrutar, pero antes de leerlo les recomiendo qe leen el anterior para ver en qe nos habíamos qedado. Y les regalo una foto de Kellan para aqellas qe no saben qien es, y paralas qe saben...solo deleitense.
Gracias a las 6400 personas qe se pasaron por aquí a lo largo de su corta vida! De verdad lo agradezco. Le qiero dedicar este capitulo a las chicas de Andamios ( o Z) por si alguna lo lee, fueron lo mejor del 2009! Gracias por bancarme, sin más les dejo el capitulo.

Feliz Navidad y un muy buen Año Nuevo!!



Capitulo 30 - Felicidad plena

Había sido una semana fantástica en la cual disfruté en su totalidad de Jackson, él era la persona más comprensiva y tierna que había conocido. Me trataba como un príncipe a su princesa con ternura y cariño infinito, se lo agradecía de sobremanera porque me sentía amada y atractiva.
En estos días nos fuimos conociendo más profundamente, a tal punto que podía llegar a saber lo que él pensaba, era increíble la conexión que teníamos. Tanto el uno como el otro estábamos felices y eso se notaba en cada susurro, en cada caricia, en cada mirada y en cada magnífico beso. Nunca pensé que sería tan feliz a su lado, me sentía completa y en total plenitud. Las charlas que manteníamos eran increíbles, tocábamos temas personales como filosóficos, hablábamos de todo y los encuentros de diferentes opiniones eran fascinantes, pero aún lo era más la forma en la que nunca nos peleábamos por pensar diferente; cada cual exponía su punto de vista pero sin querer imponerse frente al otro, y eso era lo que hacía esas charlas especiales. Las habíamos tenido frente a frente en un fino restaurante, en su casa o inclusive en una plaza, no nos limitábamos a esconder nuestra intelectualidad, de hecho consideraba que él era un hombre sumamente inteligente. Pero también las teníamos por teléfono, recuerdo una vez que nos pasamos toda la noche discutiendo sobre la familia y la crianza de los hijos, fue una discusión sumamente enriquecedora, tal vez eso se debía a que en ciertas ocasiones mencionaba que le encantaría criar de esa forma a nuestros hijos, y me era imposible no imaginar como sería eso. Visualizaba totalmente un gran jardín, muchos niños correteando y nosotros abrazados en una cómoda hamaca tomando un té caliente. Era una imagen totalmente satisfactoria, sin embargo no sabía si él lo pensaba de ese modo; además sabía que no podía pensar en eso, es decir apenas llevábamos una semana de noviazgo, era muy pronto para hablar de hijos.
Era ya viernes a la mañana y me preparaba el desayuno, tostadas con café. Era un día fuera de lo normal, hoy cumplía mis veinte esperados años, sin embargo no me sentía de ese modo tan especial, era mi primer cumpleaños lejos de casa y quiera o no la ausencia de mis seres queridos se notaba. No estaban los característicos regalos a los pies de la cama, ni mi madre con su típico desayuno de cumpleaños ni mucho menos las felicitaciones de mi padre al levantarme. Me sentía un tanto vacía y sola, muy sola.
Así como tenía el ánimo, cogí mi bolso, mis libros y me dirigí hacia la facultad. Mientras caminaba sobre las históricas calles londinenses, el aire fresco de la mañana daba sobre mi cara y alteraba mis pensamientos llevándolos al lugar menos indicado: Uruguay. Extrañaba las cotorras despertándome en la mañana, extrañaba sentir el agua en mis pies cuando estaba en la playa, extrañaba la mateada de la tarde con amigos, extrañaba el olor a noche, extrañaba la amabilidad de la gente, su solidaridad, su alegría. Pero aún más extrañaba mi familia, su calidez y su inagotable sentido del humor, los chiste de mi padre y el poco entendimiento de mi madre. Las bromas entre mi tío y mi abuela, las discusiones sobre política, las tardes de lluvia durmiendo, el silencio de las noches, los partidos de fútbol que disfrutábamos juntos. No lo podía negar, los extrañaba como nunca pero debía ser firme ante la enorme decisión que había efectuado tiempo atrás, este era mi sueño, yo quería estar aquí y hasta que no haya terminado la carrera no volvería a mis pagos, a pesar de que los extrañara con todas mis fuerzas.
En la puerta del salón de clase me esperaba una Gabriela emocionada con una gran bolsa de regalo en la mano izquierda, cuando me vio vino corriendo a abrazarme.
- feliz cumpleaños amiga!!! – dijo extasiada, siempre los cumpleaños la emocionaban sin embargo éste no era demasiado feliz en este caso.
- gracias Gabi – dije mientras deshacíamos el gran abrazo – ahora entremos sino quieres llegar tarde, además todo el mundo nos mira – me giré para percatarme que éramos bastante observadas, y eso sin duda me cohibía.
- que todo el mundo se entere que mi amiga cumple sus veinte años hoy – dijo subiendo de tono, la miré con bronca a lo que ella sonrió.
Varias personas al enterarse se acercaron a saludar y dar sus felicitaciones, unas cuantas sonrisas forzadas después entramos todos a clases. Ese día me concentré como nunca en la facultad, entendí totalmente lo que hablaban los profesores incluso corregí a uno cuando se equivocó al decir que Watson había nacido en 1875 cuando fue en 1878. Y lo hacía porque ésta era la razón por la cual estaba acá, y no me podía dar el lujo de no rendir en la facultad, porque mis familia no merecía que el alejamiento fuese en vano.
Cuando las clases hubieron finalizado se acercó Gabriela con la famosa bolsa, qué contendría esta? Conociéndola se había tomado el trabajo de comprarme un regalo de cumpleaños.
- no te creas que te me vas a escapar – sonrió malévolamente – aún me falta darte mi regalo – dije mientras extendía el brazo con la dichosa bolsa. La tomé temerosa, viniendo de Gabi podría ser cualquier cosa! La abrí con cuidado y ha decir verdad me llevé una gran sorpresa al encontrar un gran libro de ángeles, la miré con agradecimiento a lo que ella me dio un gran abrazo. Tal vez suene raro pero tenía una conexión muy importante con los ángeles, podía percibirlos hasta sentir qué tipo de ángel era correspondiente a tal o cual persona. Era raro, sí no voy a negarlo pero sentir que siempre había un ángel acompañándome a mí y a mis seres queridos era un alivio.
- gracias Gabi, sabes que es muy importante para mí – le dije dándole una gran sonrisa y un fuerte abrazo.
- si lo sé, por eso soy la amiga perfecta – me dijo superada mientras reía, rodeé los ojos y solté una sonrisa, ella y sus ocurrencias – ahora ve a trabajar que se te hace tarde. Espero que termines bien tu día – me dio un gran abrazo, un sonoro beso y se fue.
Con una enorme sonrisa cogí mi bolso, los libros y la bolsa de regalo y me encaminé hacia la salida, hoy tenía turno en la librería. Debía mantener ese empleo, era lo que me daba de comer sin embargo a Jack no le hacía mucha gracia que trabajara. A pesar de considerarse no machista alegaba que era innecesario ya que podía vivir a su costa, a lo que yo me negaba era su novia no una ex esposa que le extraía plata cada mes, además me gustaba mantenerme a mi misma, tener independencia, a fin de cuentas eso fue lo que vine buscando.
La tienda era muy acogedora y cálida, estaba revestida de paneles de maderas y en cada pared se levantaban grandes bibliotecas con inmensas cantidades de libros: novelas, acción, aventuras, ciencia ficción, medicina, astrología, historia, filosofía. Pero eran muchos libros así que los dueños tomaron la decisión de colocar más estantes por lo cual la pequeña gran librería estaba completamente revestida en libros. Pero tenía algo muy original, contaba con una cafetería y esparcidas por ahí se encontraban pequeñas mesas de madera oficializando de librería/café como le gustaba llamarlo a Marcus, mi jefe; sin duda eso era lo que más ganancia daba y él se sentía orgulloso por su increíble idea.
Estaba en el mostrador a la espera de clientes cuando entró una señora pelirroja, ojos celestes grisáceos, nariz ganchuda, un tanto arrugada y pequeña. Se acercó al mostrador con parsimonia y dijo – estoy buscando libros de vampiros para mi sobrina.
- venga por aquí – le dije mientras la conducía a uno de los muchos estantes – tenemos la saga de Crónicas vampíricas, la cual se trata de dos hermanos vampiros peleándose por una hermosa mujer humana. Luego tenemos Muerto hasta el anochecer, que es el libro que inspira a la serie televisiva True Blood – dije mientras le mostraba el pintoresco libro – por ultimo pero no menos importante tenemos la saga Twilight, consta de cuatro tomos y se trata de un apuesto vampiro que se enamora de una simple humana pero no solo ella le atrae sino también su sangre.
- le verdad no se cual elegir – reflexionó indecisa – cuál me recomiendas?
- son todos excelentes libros pero también depende de la edad de la niña – dije pensativa, no podía darle Muerto hasta el anochecer a una niña de diez años.
- tiene doce años – contestó inmediatamente.
- la saga Twilight es ideal para esa edad, linda entre lo sobrenatural pero sin incluir nada expresamente real – hice una pausa, no debía llevar al cliente para el lugar que más me gustaba – aunque la decisión es suya.
- sí – contestó decidida – creo que me llevaré esa saga.
- un placer señora – dije sonriendo – le cobran por la caja.
Me recosté en uno de los estantes aún con los libros de Stephenie en las manos, y no podía evitar pensar en mi hermoso vampiro sureño que tenía como novio. Lo extrañaba muchísimo, sí sé que lo había visto por la noche pero tenía ansia de él, sus caricias y sus miradas profundas. Suspiré imaginando la sorpresa que me daría por mi cumpleaños.
- pensando en alguien especial? – dijo una ya conocida voz a mis espaldas. Me giré y lo abracé con fuerza, comencé a darle pequeños besos en el cuello a modo de saludo – si siempre que venga voy a recibir estas bienvenidas, planeo venir mas seguido – pero lo acallé con un dulce beso como los que me encantaba darle – feliz cumpleaños mi amor – sentenció sonriendo y apretándome a su cuerpo intensificando el abrazo.
- gracias Jack – me alejé un poco para poder observarlo mejor. Traía su típico jean oscuro con sus ya infaltables botas tejanas y una camisa arrugada verde que combinaba a la perfección con sus ojos. Me mordí el labio inferior, es que estaba tan lindo a lo que él sonrió y yo no hice más que enrojecer – que bonita sorpresa –dije emocionada saliendo del momento vergonzoso. Sabía que le gustaban mis sonrojos pero no tenía porqué hacerlos, se suponía que estábamos en confianza.
- pues decidí pasar a saludar a mi novia – hizo énfasis en la última palabra – el día de sus veinte años – hizo una fingida mueca de horror – estás vieja.
- no más que tú – espeté con elegancia.
- me ganaste – suspiró derrotado – te quería avisar que hoy a las ocho pasaré por ti, es una sorpresa así que no intentes averiguar – dijo adivinando mis pensamientos.
- bueno ahí estaré pero que debería ponerme? – pregunté extraña, si había algo que nos causaba crisis a las mujeres era no saber que vestir a la hora de salir.
- tu siempre estas linda con cualquier cosa. Confió en tu buen gusto amor- me dio un tierno beso y se fue.
Al terminar el turno a eso de las seis de la tarde, cansada como estaba me dirigí a casa. Había sido un día largo y lo único que quería era poder dormir un poco y olvidar el dolor que sentía en el pecho, producto de la lejanía del hogar, sin embargo no podía darme el lujo ya que dentro de un rato Jackson me pasaría a buscar. Así que decidí darme una ducha, tomé la ropa y me dirigí al baño pero antes de llegar sonó el teléfono.
- hola – contesté al levantar el tubo.
- aaahhhhhhhh – se escuchó un grito al otro lado de la línea, conocía perfectamente esa voz y sonreí complacida.
- Vale no puedo creerlo como estas? – pregunté emocionada. Era una amiga uruguaya, la extraña muchísimo.
- feliz cumpleaños aguuuus – me dijo también emocionada, ella era muy de alargar las vocales de las palabras.
- gracias, como están las chicas? –pregunté ansiosa.
- están aquí, para que pongo el altavoz – se sintió el sonido de un botón presionándose y luego muchos gritos. Verónica, Isabel, Arantza, Valentina y Virginia estaban allí para desearme feliz cumpleaños, fue una conversación demasiado extensa pero muy enriquecedora, me pusieron al tanto de sus vidas, sus estudios, sus familias y sus amores.
Me enteré que Verónica fue tía por tercera vez, que Isabel estaba de novia, que Arantza había perdido los exámenes y muchas otras cosas. Fue el mejor regalo que me pudieron haber echo. Cuando hube cortado con mis chicas, estaba completamente con la cara hinchada y roja de tanto llorar, siempre que nos llamábamos terminábamos en esa situación, pero entonces me di cuenta que debía prepararme para la salida con Jackson, eran ya las siete de la tarde, él vendría a por mi dentro de una hora. Y fue entonces cuando enloquecí, cogí ropa interior que había dejado en el sofá y me adentré al baño. Varios minutos después y con el espejo cubierto de vapor salí en ropa interior y con una toalla envuelta en mi cabello. Me paré frente al ropero con la enorme duda, qué me podría? Jack no había especificado a dónde iríamos, así qué por el lado del sitio no me podía guiar, conociéndolo no sería un lugar muy elegante así que descarté los vestidos, me iba a volver loca!!! Pero entonces decidí que daba igual lo que me pusiera, si no iba acorde con la sorpresa él me lo diría y listo.
Así que me enfundé en un pitillo blanco, con una remera azul escotada, un chaleco gris perlado y mis infaltables converse también azules en este caso. Estaba poniendo mis cosas en el bolso blanco de turno cuando sonó el timbre, y yo aún que no me maquillaba! Me acerqué al portero inalámbrico y presioné el botón.
- mi amor soy yo –avisó Jackson desde abajo.
- subí que todavía no estoy lista – le dije mientras apretaba el botón dándole paso a mi morada.
Me dirigí a la cocina por un vaso de agua, realmente estaba sedienta, prácticamente no había comido nada en todo el día, fue entonces cuando sonó el timbre. Dejé el vaso en la barra americana y fui a abrirle a mi novio, al hacerlo me recibió con una enorme sonrisa y un tierno beso en los labios. Lo invité a pasar y le dije que me esperara en el sillón que aún no estaba lista, a pesar de que él me dijo que me veía preciosa como me encontraba, a lo que yo me sonrojé y rodeando los ojos me dirigí al baño.
Una vez en él cogí el porta cosméticos y comencé a sacar el rimel, la base, las sombras, el rubor y los lápices de labios. Concienzudamente me apliqué la base para que las imperfecciones de mi cara se disolvieran bajo el mágico polvo, tomé un pincel y las sombras azules y con cuidado fui pintando mis párpados; era de aquellas mujeres que combinaba el color de su ropa con su maquillaje, apliqué rimel y delineador para hacer de mis ojos algo mucho más atrayente e importante, luego puse un poco de rubor, no demasiado ya que tenía las mejillas pintadas de carmín naturalmente; y por último cogí un brillo labial transparente y lo apliqué a mis rosados labios. La atención iba dirigida hacia los ojos, sería también un abuso pintar los labios con un color demasiado llamativo, así que había encontrado el equilibrio perfecto entre la belleza y lo natural.
Para finalizar todo los preparativos, cogí un broche de perlas que se encontraba en el lavatorio y me hice media cola, de modo que mis rubios rulos caían cuan cascada por mi espalda. Me puse el dulce perfume que tanto me gustaba y salí al encuentro con mi amor. Fu entonces cuando realmente le presté la suficiente atención, estaba hermoso. Traía un jean azul oscuro, una camisa rosa viejo por dentro de los pantalones, por los cuales se asomaba un cinturón blanco que hacía perfecto juego con las botas tejanas también del mismo color. Por fin conocía un hombre capaz de seguir las reglas estéticas y combinaba el cinturón con los zapatos! Para rematar su perfecto atuendo llevaba un sombrero de tanguero como el día que lo vi en la cafetería, qué en este caso hacia juego con el chaleco gris que me había parecido insignificante. Ahora que veía, ambos íbamos a juego, los dos traíamos chaleco, y siquiera lo habíamos acordado! Adoraba estas coincidencias cuando eran con él.
- estas muy lindo – me atreví a decir cuando me acerqué a besarlo.
- no más que vos – contestó con vos sensual, me encantaba que él me encontrara hermosa, me hacía sentir segura. De pronto él me tomo la mano y me hizo girar para poder verme desde todos los ángulos posibles, luego se llevó una mano a su nuca y despeinó el poco pelo que gracias al sombrero se dejaba ver. Levanté una ceja confundida a lo que él simplemente respondió – es que va a ser muy difícil contenerme para no salir de esta habitación porque me muero por comerte a besos – no hice más que avergonzarme de tal manera que mis mejillas se tornaron más carmín de lo acostumbrado. Aún no sé de dónde saqué las fuerzas pero lo agarré de el borde de la camisa y lo atraje hacia mi y nos fundimos en un fogoso beso, qué para desgracia de ambos tuvimos que romper por falta de aire. Ambos teníamos los labios un tanto rojos e hinchados, yo fui por mi bolso y cogí el rush para aplicarlo nuevamente en mis labios.
- te ves tan sexy haciendo eso – dijo desde el otro lado de la casa, me mordí el labio inferior al saber que era sexy a sus ojos.
- ya basta, sino nunca saldremos de aquí –dije con el mayor autocontrol que podía. Agarré la chaqueta gris y el bolso y me encaminé a la puerta para cerrar. Cuando por fin estuvimos en el pasillo esperando el ascensor pregunté – me dirás a donde me llevas? – y negó rotundamente como niño pequeño. Entonces el ascensor abrió sus puertas, él me dejó pasar como todo un caballero y luego entró él. Luego de haber llegado a la planta baja, salimos al exterior en donde pude divisar un Peugeot negro demasiado familiar, pero entonces me percaté que Jackson se dirigía exactamente hacía allí y me abría la puerta del acompañante.
- el auto de Rob? –pregunté capciosa mientras subía al mismo, a lo que él asintió antes de cerrar la puerta. Bordeó el auto y se subió a mi lado – tengo que suponer que nos prestó el auto verdad?
- si piensas que se lo robé, no fue así – dijo divertido mientras arrancaba – además le parecía muy feo y poco caballeroso que anduviésemos en taxi el día de tu cumpleaños.
- eso es absurdo, si yo siempre ando en taxi – dije ofendida, me gustaba que cuidaran de mí pero no en demasía.
- ya ves, cosas de Rob – dijo divertido con una gran sonrisa pícara en la cara.
- ay Jackson por Dios me dirás a dónde vamos? – negó rotundamente a lo que yo me crucé de brazos como una pequeña niña enojada – odio las sorpresas – dije tajante.
- yo amo tus pucheros – dijo divertido.
El resto del viaje pasó en silencio, supongo que él disfrutaba mi incertidumbre y yo no hacía más que preguntarme una y otra ves a dónde me estaría llevando. No hablamos demasiado, nos gustaba estar así a veces, simplemente con la compañía del otro y en este caso de fondo sonaba Oasis. No pude evitar pensar en nuestro primer beso al ritmo de Little by little, sonreí recordando ese momento, fue soñado. Él se percató de mi sonrisa enamorada y preguntó – de qué ríes?
- sólo recordaba nuestro primer beso, Oasis me hace acordar eso – dije tímida. Él se acercó hacía mí y me dio un tierno pero húmedo beso, le correspondí, sería un crimen no hacerlo pero entonces recordé que estaba manejando y me separé asustada, no quería morir el día de mi cumpleaños. Pero para mi sorpresa ya estábamos aparcados. Lo miré extrañada y pregunté – cuando fue que aparcamos? Él me miró divertido y dijo - hace unas segundos, mientras tu hablabas.
- da igual, bajamos? – pregunté confusa y enojada por su falta de indicaciones. Él se bajó del auto, me abrió la puerta y me tendió la mano para poder bajar, al hacerlo me encontré de cara a un pub. Acaso esta era la sorpresa de Jackson?
Me miró escéptico a ver cual era mi reacción, pero yo me limité a preguntar – ésta es tu sorpresa? A lo que él asintió con fervor y con una gran sonrisa en la cara.
- te está esperando mucha gente – dijo mientras ponía su mano en la parte baja de mi espalda y me empujaba – venga será divertido.
- sí, no puede estar tan mal – dije sonriendo, pero antes de llegar a la puerta lo cogí del brazo, haciendo que se girara y lo besé con fervor – gracias amor – dije entre sus labios.
Al entrar al pub me di cuenta que no era como cualquiera porque tenía karaoke, le cogí fuerte de la mano y me dirigí a una de las mesas libre pero él me cinchó hacía otro lado. Por fin llegamos a una mesa, en la cual había un montón de personas en la oscuridad que gritaron – Sorpresa!!!
- gracias de verdad – dije realmente agradecida, pero me encantaría saber quienes son esas personas que se ocultan en la oscuridad – no quiero sonar atrevida, pero quienes son todos ustedes? – pregunté un poco avergonzada por mi experiencia al hablar.
- a algunos ya los conoces – dijo una profunda voz desconocida para mí. Con que algunos ya los conocía? No debería ser tan difícil adivinarlos.
- seguramente Robert está por allí – dije convencida de que así sería. Escuché una silla, pasos y un abrazo y una felicitaciones de feliz cumpleaños – y si está Rob tiene que estar también Gabi – dije pensando en voz alta, a lo que de pronto sentí unas manitas abrazarme.
- ay amiga feliz cumpleaños!! Y sí, por supuesto que estoy! Dejarías que me pierda este cumpleaños? Además si esta Rob, no podía no estar!! – dijo un tanto avergonzada.
- y seguramente si está Gabi tiene que estar Juli, no creo que la hayan dejado de lado. Feliz cumpleaños exclamó una voz demasiado tímida mientras me abrazaba.
- oye y nosotros? – dijo una voz divertida.
- em bueno, tampoco conozco demasiado gente en Londres como para tener más invitados, así que aventuraría que son amigos tuyos. Pero qué amigos? – quedé pensativa unos momentos mientras se escuchaban risas en la mesa, pero de pronto una risa me llamó demasiado la atención. Yo la conocía, pero de donde. Y entonces hilvané, Jackson con esa risa y no podía darme nada más que Emmet Cullen. Lo que me conducía finalmente a – el elenco de Twilight? – fue más una pregunta que una afirmación.
- por fin lo adivinas niña – dijo una muchacha que estaba frente mí – yo soy Ashley – y me dio un abrazo – feliz cumpleaños. Entonces miró a Jackson y le dijo – esta chica me cae bien, mira ese estilo. A lo que mi acompañante se limitó a sonreír. Me volteé para ver de nuevo a esta chica, era hermosísima. Su piel parecía ser de seda, junto con sus ojos celeste remarcados en esa cantidad de rimel negro, esa sonrisa y el hermoso vestido que traía puesto llegaba a la conclusión que debía tener muchos hombres atrás.
Él siguiente en venir fue una muchacha con una enorme sonrisa blanca, su cabello parecía seda; suave y tersa, esos ojos chocolates traían un brillo especial y también traía un vestido que le quedaba genial. Se presentó como Nikki, y entonces me di cuenta quién era, Rosaline aunque se veía muy distinta sin su peluca rubia.
Luego vinieron un hombre y una mujer, no me costó reconocerlos a ninguno de los dos, se trataba de Carlisle y Esme Cullen, aún sin sus aspectos pálidos y sus ojos dorados eran igualmente hermosos. Se presentaron como Peter y Elizabeth.
A continuación vino una muchacha, traía en cabello corto y negro, sus ojos celestes estaban enmarcados en una gran cantidad de delineador, bastante parecido a los de Ashley, traía un vestido rojo y negro junto con unas converse. Se presentó como Kristen y me dio un ameno abrazo.
Luego vinieron un hombre y una mujer, el hombre era moreno y lo pude reconocer como Laurent, me dio sus felicitaciones y se volvió a sentar. Sin embargo ella me dio un tierno abrazo, se presentó como Rachelle y también volvió a su puesto.
Me preguntaba cuando gente faltaba, comenzaba a cansarme un poco. En este caso vinieron dos hombres, uno rubio de ojos celestes, sinceramente era precioso y no estaría demasiado loca al decir que me miraba intensamente. Se presentó como Cam y me dio un largo abrazo, parecía que no iba a terminar jamás. Pero afortunadamente el otro chico interrumpió y él tuvo que sentarse. Se presentó como Taylor, su sonrisa era espectacular y resaltaba con su piel morena, traía un jean, una camisa blanca y converse. Me guiñó el ojo antes de irse, yo me quise sentar pero alguien carraspeó, obviamente me había olvidado de alguien. Al mirarlo, los ojos se abrieron con intensidad, era hermoso, mucho más que Cam. Era rubio, traía el pelo corto y barba crecida, pero a diferencia de Cam tenía unos ojos marrones totalmente cautivantes. Vestía magníficamente, un jean oscuro, una remera escote en V blanca la cual para mi desgracia se ceñía extrañamente a su pecho, junto con un buzo rojo ladrillo también escote en V y unas converse blancas. Al parecer todos aquí vestían muy a la moda.
- soy Kellan – dijo tendiéndome la mano – es un placer conocerte.
- el placer es mío- dije dándole la mano, la cual él volteó y besó el dorso. A lo cual yo me sonrojé con violencia. Esos ojos marrones me habían hipnotizado, eran tan intensos y tiernos!
Al fin me senté, cada cual pidió su trago y la reunión comenzó. Cada cual hablaba de lo suyo, la mayoría me preguntaba cosas de mi país, de la carrera o mi relación con Jackson. Podía notar que las preguntas también iban disparadas para Gabi y Juli, ésta última estaba siendo acosada por el rubio de ojos celestes. A pesar del interrogatorio me la estaba pasando bien, pero tenía la extraña sensación de que alguien me observaba todo el tiempo. En una oportunidad levanté la vista y me encontré con esos ojos marrones que me miraban atentos, me sonrió con ternura e inmediatamente quité la mirada.
Jackson me invitó a bailar, lo hicimos al ritmo de Please, dont stop the music! Te Rihanna. Era muy divertido bailar con él, debía confesar que se movía bien. Pero de pronto la canción cambió a una mucha más lenta, cuando reconocí la canción no podía creerlo era Little by little de Oasis. Lo miré sorprendida por tal casualidad a lo que él sonrió seductoramente, y me di cuenta que no era simplemente azar.
- gracias mi amor – le dije mientras nos mecíamos de un lado al otro al ritmo de las notas – estás haciendo de este cumpleaños un día especial – me acerqué y lo besé con ternura.
- te amo – dijo contra mis labios, me encantaba que hiciera eso! Lo volví a besar para luego responderle – y yo a ti Jack.
Volvimos a la mesa con sed, hablamos un rato pero al cabo de unos minutos Jackson se disculpó aludiendo que debía bailar con Nikki, respondí que estaba bien y que se divirtiera. Seguí hablando entretenidamente con Ashley, Kristen y Juli, aunque más bien ésta última sólo miraba. No se en qué momento pasó qué Cam le pidió la pieza y ambos se fueron a bailar, mi amiga traía una cara de confusión fusionada con felicidad. Todas reímos ante su cara, pero al parecer era la hora de bailar porque Taylor vino a por Kristen y se fueron muy lindos tomados de la mano. Y Ashley se fue junto con Peter.
Al otro lado de la mesa, sólo quedaban Rob y Gabi que estaban muy acaramelados besándose, Elizabeth que discutía fervientemente con Rachelle y Kellan, el cual no paraba de mirarme.
Me limité a mirar mis manos y a beber un poco del vodka que tenía en la mesa, cuando de pronto sentí una presencia a mi lado, sonreí pensando que era Juli que volvía de su baile con Cam, pero cuando levanté la vista me encontré con esos magníficos ojos marrones.
- te diviertes? – pregunté con ese acento norteamericano, su voz era tan varonil pero a la vez dulce.
- mucho – respondí sonriente. No tenía idea a donde iría a parar esta conversación, pero estaba muy claro que él llevaba las riendas porque de pronto dijo – eres hermosa. Yo no podía hacer otra cosa más que sonrojarme y agradecer, pero al parecer no se conformó con el tono carmín de mis mejillas porque prosiguió – para Jackson es muy importante presentarnos a sus novias, y te aseguro que eras la que mejor me cae de todas – bajé mi vista hacía mis manos que en este momento las encontraba de lo más interesante – eres la primera que no pregunta sobre la fama, ni la película –dijo sorprendido.
- acaso eso es extraño? – pregunté confusa.
- no sé si llamarlo así, pero la mayoría se nos acerca por la fama o simplemente por la belleza.
- oye yo no soy así – dije mirándolo ceñuda, me sentía ofendida! – si estoy con Jackson es porque lo amo no por lo importante o guapo que sea.
Él muy descarado sonrió fervientemente y dijo – felicitaciones has pasado la prueba de Kellan – lo miré críptica, a qué se refería? – bueno me imagino que sabes su última experiencia con las mujeres – a lo que yo asentí – bueno solo me aseguraba que no fueses como Catherine.
- no lo soy – dije muy segura de mí misma. Me preguntaba en estos momentos porqué los demás no volvían a la mesa, esto se estaba tornando incómodo.
- así que estudias psicología? – preguntó interesado.
- así es, estoy en segundo año ya. Y tu? – pregunta obvia Agustina!! Él es actor – me refiero, alguna película en puertas?
- pues hay una que actúo con Ahsley, es realmente bonita (no se me ocurría otra película que él estuviese), y bueno por supuesto Luna Nueva, Eclipse y Amanecer.
- ahora que ya pasé la prueba Kellan, puedo preguntar? – él asintió sonriendo emocionado – es muy difícil manejar la fama? Ya sabes es muy común encontrar chicas como Catherine?
- sí lo es, sobretodo con Robert. Es el que peor la pasa, yo no me puedo quejar, mis fans son divertidas, cariñosas y atentas – me dio ternura la forma que hablaba de sus fans, como si realmente les debiera algo.
Pero entonces una voz sonó interrumpiendo así nuestra amena conversación – convocó a la Srta. Lamas a subir al escenario – miré extrañado a Kellan, el cual se limitó a subir los hombros y seguir escuchando a la voz – la cumpleañera abrirá la ronda de karaoke.
- okei. Voy a matar a Jackson – dije enojada, Kellan carcajeó pero luego dijo – vamos, no será tan terrible. Anda ve.
Siguiendo las ordenes del apuesto muchacho me dirigí hacía el escenario, en donde únicamente me esperaba un micrófono.
- hola – dije tímidamente. Feliz cumpleaños, gritó alguien probablemente borracho, lo próximo que ocurrió es que todo el bar cantaba el feliz cumpleaños en mi honor. Aún no sabía si era patético u honorífico, pero debía reconocer que era bastante gracioso. Cuando hubieron cesado los cánticos, me dispuse a cantar, opté por el tema Let it be de The Beatles.
Le público se mecía de un lado a otro al ritmo de la música, algunas mujeres lloraban probablemente estarían borrachas, pensé; había hombres que me miraban con deseo. Pero mientras cantaba detuve la vista en Jackson, el cual mostraba asombro pero a la vez orgullo por escucharme cantar. Mis amigas sonreían placenteras por volver a hacerlo, el resto de mis invitados se veían estupefactos, sobretodo Robert quién por fin unía voz con rostro y nombre, luego de escucharme cantar en la sala de música de su casa. Pero hubo una mirada que me asombró, la de Kellan, en ella sólo podía ver un lago de ternura que incluso empalagaba.