martes, 2 de febrero de 2010

Capitulo 33

Agradezco a las 6891 personas qe han pasado por aquí, a las 10 seguidoras y a las 4 personas qe comentaron el capitulo anterior. Disfruten :)

Capitulo 33 – Transición
Habían pasado dos semanas desde aquel día y no tenía noticias de él, ni una llamada, un mensaje o incluso un mail. Había prácticamente, desaparecido del mapa. Pero a pesar del dolor que eso me causaba, estaba satisfecha porque él tenía la certeza de que lo amaba, y con eso me bastaba para sobrellevar la situación. No diría que estaba feliz, porque sería mentir, pero sí estaba con la conciencia limpia, todo lo que se había querido decir, se dijo. Bueno, tal vez todo no se había dicho, pero sí lo suficiente para estar en paz con uno mismo. Pero nunca voy a negar que lo extraño horrores, que cada noche sin él duele, que el no recibir sus inexplicables llamadas o sus inesperadas visitas sólo alimentaban el vació que me había dejado al irse.
A pesar de todo, del dolor que sentía y el alivio que tenía porque él lo sabía todo, no dejaba de preguntarme qué había echo mal para que él no confiara en mí con semejante cosa. Nunca lo hubiera juzgado, lo hubiéramos solucionado juntos, estaba dispuesta a mantener una relación a distancia, cualquier cosa para permanecer a su lado; pero no, él había optado por ocultarlo. Qué había echo mal para que tomara esa decisión? Tal vez le había dado la imagen de una mujer sospechosa? Tal vez vio que me enfurecería con él al saber que me dejaba? No podía entender como no había confiado en mí, se supone que la base de cualquier relación era la confianza, pero al parecer él no la tenía en mí, y eso dolía incluso más que la propia mentira en sí.
Prefería no pensar en eso, en vez de ahogarme en la pena de que él no estaba, vivía con la alegría de lo bonita que fue la etapa de nuestra relación. Al menos así no me sentía tan mal, sufría eso era verdad pero trataba de hacerlo un sufrimiento ameno. Hacía ya varios días que no lloraba por las noches, de modo que veía un progreso. Sabía que nunca me olvidaría de él, pero al menos aprendería a vivir con su ausencia.
Hacía apenas unos días había vuelto a hablar con las chicas, luego de muchas súplicas, lágrimas y peleas había entendido que ellas solo habían respondido a la promesa que Jackson les hizo hacer de que no me dijeran nada, ellas no había tenido nada que ver con el asunto, así que no las podía culpar de nada.
Al parecer Julieta estaba muy entusiasmada en su relación con Cam, se la notaba radiante y feliz como hace tiempo no se la veía, al parecer las cosas iban encaminadas. Por lo que ella contaba, sus citas eran de lo más románticas cosa que parecía raro en su novio, que se veía tan mujeriego y seductor pero al parecer debajo de esa capa de masculinidad se encontraba un hombre sensible y eso a Juli le encantaba.
Sin embargo Gabriela estaba de lo más estresada con los preparativos de la boda, pero a pesar de eso se la notaba feliz, irradiaba una especie de luminosidad que a todos alegraba con su pasar. Afortunadamente no me tocó participar de los preparativos, dijo que ella junto con Juli lo harían así ambas me ahorraban el momento incómodo. No era que las bodas no me gustasen, es que al parecer me alteraban demasiado y me sensibilizaba a tal punto que comenzaba a llorar sin explicación, así que era bastante bochornoso salir conmigo para ese tipo de cosas. Por lo que contaba Gabi, Robert estaba tan o más emocionado que ella, había pagado los pasajes de toda la familia de la novia, quienes se venía expresamente de Argentina para presenciar el casamiento de la nena.
Todos desbordaban alegría por el acontecimiento, menos yo. Digo, no es que no estuviese feliz por mi amiga, de echo al contrario estaba extasiada que encontrara el amor de su vida, pero ese implicaba que en la ceremonia debía ver a Jackson, trataba de no pensar en aquello pero en ciertos momentos de soledad no podía evitarlo, y menos si la boda se me venía encima en menos de dos semanas. Francamente no me sentía preparada para tal encuentro, pero también sabía que no podía evitar que fuera y yo tampoco podía faltar, de modo que sólo podía pretender no verlo. Aunque vamos, mi madre me había enseñado mejores cosas que esa, así que lo saludaría por amabilidad y me limitaría a hondar mi pena pero sin que se nota. A quién engañaba? No estaba preparada para ese encuentro!! No sabía cómo reaccionaría, como actuaría. Era realmente un tema estresante para mí, así que decidí como solía hacerlo, salirme por la tangente.
De modo que cogí mi bolso y el chaquetón negro y salí del apartamento. Era sábado y como solía, iría a la cafetería de Charlie a pasar la tarde, no me apetecía quedarme en mi casa pensando cosas que me autodestruían. El vespertino aire de Londres refrescaba mi rostro y mi alma, la cual últimamente estaba bastante gris a pesar de que pretendía estar de colores vívidos no había otro aparte de ese que ocupara la totalidad de mi marquito corazón, de mi desgarrada alma y mi demacrado cuerpo. El brisa relajaba y por un segundo, sólo por un segundo me alejaba de todas las preocupaciones que afectaban mi desquiciada mente.
Al llegar a la cafetería, ésta estaba casi vacía, lo que incrementó el vacío en mi alma pero a pesar de eso, necesitaba un momento sola con un libro así que seguía caminando hacia la barra, en donde me encontré con Charlie. Como solía hacer, me preguntó como estaba, cómo seguía, si necesitaba algo y otras preguntas referidas a mi bienestar. No sabía lo que había pasado entre Jackson y yo con exactitud, pero sabía que me había lastimado, y eso no lo ponía de buen humor precisamente, es más en varias oportunidades se había ofrecido a golpearlo por no cumplir su promesa, pero me había negado aludiendo que no valía la pena, que todo estaba solucionado.
Luego de la serie de preguntas características, pedí un capuchino y me dirigí a mi mesa habitual. Comencé a observar a la poca gente de mi alrededor, hace apenas unas semanas había cogido ese hábito y ahora cada vez que venía no lograba evitarlo.
Había dos mesas más a la derecha una pareja cuarentona. Ella era muy bonita, pelirroja y ojos grises, sin embargo él no se podría decir que era agraciado y a pesar de eso, se miraban como si sus vidas dependiese del otro. Aparté la mirada de esa pareja, pensar en el amor a veces dolía y sobretodo porque no o tenía conmigo.
Pocas mesas más allá, estaban dos jóvenes. La chica era morena con unos ojos cautivadores y unos increíbles zapatos, el chico sin embargo era rubio pero con unos deslumbrantes ojos celestes. Él acercó su mano a la de ella y con timidez la tomó entre las suyas, mientras hablaba con rapidez. La cara de la chica era de incredulidad pero cuando el muchacho terminó de hablar, se podía vislumbrar en su cara una gran sonrisa de felicidad. Aún con las manos unidas, el chico se las llevó a su boca para besar la mano de la que, de ahora en más sería su novia. Esa imagen, sin duda fue la peor, sobretodo porque la edad que parecían tener no era tan lejana de la que teníamos Jackson y yo, la primera vez que estuvimos aquí.
Pero lo que hizo derrumbarme por completo, fue sin duda una pareja de ancianos. Él era rechoncho, traía lentes y un sinfín de arrugas, ella también con lentes ocultaba tras ellos unos enormes ojos marrones, tenía la nariz aguileña y los labios pincelados de un rojo pasión. También se agarraban la mano y hablaban animadamente pero a su vez con pasión y amor. Aunque su aspecto fue lo que dio el puntazo final, Jackson y yo nunca llegaríamos a tales instancias porqué él se había ido, y yo había sido tan orgullosa como para no perdonarlo y abordar el avión con él. Nunca podríamos llegar a ver a nuestros nietos correteando por el jardín mientras tomábamos té en el porshe, no tendríamos oportunidad de casarnos ni tampoco una gran fiesta. No me atribuía la culpa de todo eso, porqué fue su error no habérmelo dicho, pero sí era mi culpa cegarme tanto por la mentira y no ver más allá de esta. Estaba enfadada conmigo misma por haberme llevado por mis instintos, y ahora probablemente por eso, me quedaría sola. Nunca llegaría a mirar a una persona de ese modo, y dolía.
Pero a pesar de todo eso que vivía dando vueltas en mi cabeza, sabía que si en este momento lo seguía haciendo colapsaría y sobretodo porque estaba rodeada de felices parejas, qué al parecer todas se habían complotado en mi contra.
“Petra Cotes era tal vez el único nativo que tenía corazón árabe. Había visto los últimos destrozos de sus establos y caballerizas arrastrados por la tormenta, pero había logrado mantener la casa en pie.” Probablemente haya leído esa frase del libro que leía, “Cien años de soledad”, al menos unas veinte veces, pero aún así no lograba entenderla. A pesar de no querer, mi mente divagaba por el amor y cómo el mío se había escapado. Trataba de refugiarme en los momentos vividos y no pensar en eso, la primera mirada, el primer encuentro, el primer paseo, el primer beso, los que vinieron luego, pero aún así se me hacía difícil. Entonces como algo que surge de la nada, sentí una mano en mi hombro. Quién osaba interrumpir mis deprimentes pensamientos? Tenía claro que Charlie no era, sabía que me molestaba cuando lo hacía; pero entonces quién?

2 comentarios:

  1. JAAAAAAAAAJAJJAJA YO CREO QUE ESTOY PRACTICAMENTE SEGURA DE QUIEN ERA!! NUESTRO HERMOSO, DIVINO Y CON QUIEN YO QUIERO QUE SE QUEDE: KELLAN LUTZ! AHI LO AMO, DE ENSERIO! JAJA XD
    ME DEPRIMIO.. COMO NUNCA! ME VAS A TERMINAR POR HACER LLORAR HDP :'( JJAJA
    TE QUIERO AMIGA CONFIDENTE URUGUAYA! :)
    Maqii.

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  2. qe no sea kellan qe no sea kellan, tiene qe ser jacksoooooooooooooon.

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REACCIONES A MI LOCA IMAGINACION..